“Tia, no se qué le
pasa a Rafa, me ha leído pero no me contesta, está raro. Las últimas dos veces
le hablé yo primero, le toca a él, no pienso escribirle, ¿por qué siempre me
lio con gilipollas?”
“Ayer no me hizo ni
puto caso, de hecho yo creo que estaba tonteando con Natalia, no lo entiendo;
pero si yo soy perfecta, soy abierta, soy maja, no agobio, y ayer encima estaba
buenísima, ¿verdad que no me merece?”
Cualquier
persona, mujer, que me esté leyendo
que piense en la última semana cuantas conversaciones de este tipo ha mantenido
con sus amigas. ¿Una hace un minuto? ¿Otra ayer de borrachera? ¿El miércoles en
casa? Podríamos seguir hasta el infinito, sí, es nuestra realidad cotidiana.
¿Qué
nos pasa? ¿Somos más tontas, nos pillamos más? No, todo tiene una explicación desde
el punto de vista del género, y con una perspectiva feminista quizás podamos
afrontarlo con alegría.
Las
relaciones sociales, las afectivas, forman parte de nuestra vida material, de
lo cotidiano. Las construimos diariamente bajo patrones patriarcales que
intentamos romper pero que son los que nos han socializado a todas, seamos más
o menos feministas. Que seamos más emocionales no es una cuestión biológica,
tiene que ver con que nos enseñan a querer, a cuidar y a estar pendientes de
los demás desde pequeñitas; lo cual serían valores positivos si no fuera porque
normalmente no recibimos lo que damos.
Cuando
entablamos una relación hay que establecer las reglas del juego, los principios
que guiaran la misma y con los que todas las partes se sientan cómodas. La
unidad de acción en el amor, xD, tiene que ver con compartir honestamente lo
que se piensa, lo que se quiere, y tratar de llegar a una síntesis en la que
las partes caminen en la misma dirección. Nos ocurre que acabamos siempre
adaptándonos nosotras a sus ritmos y no al revés, y esto indudablemente
introduce una cuestión de género.
Ellos
son conscientes de la situación y aprovechen y ejercen sus privilegios. Nosotras,
da igual que tengamos 20 que 45, que victimas de nuestras propias
contradicciones nos adaptamos. Queremos relaciones libres y que no sean
posesivas y eso lo convierten en un “no me hagas ni puto caso que me da igual”.
Y no, no es así. Nos gusta sentirnos seguras, cuidadas, queridas, especiales,
respetadas.
¿Somos
nosotras las culpables puesto que fomentamos la situación al gustarnos siempre
el que menos caso nos hace? Como digo las contradicciones son múltiples, pero yo
defiendo que no, no es así. Una cosa es tener cierta picardía para tontear (a
nadie le gusta un soso/a) y otra muy distinta que nos guste el daño emocional.
Ante
esta situación tenemos que encontrar herramientas para defendernos, hacernos
duras sin renunciar a la ternura, a lo que queremos, a lo que sentimos. En este
camino una palabra que está muy de moda se convierte en fundamental: sororidad. La sororidad no se define,
se experimenta. La notas cuando te rodeas de tus compañeras, y comienzas a
sentirte cómoda, con más ganas de sentir, de vivir, de compartir. Cuando te ves
entre iguales viviendo sensaciones parecidas, creciendo juntas.
Sin
querernos, sin lo emocional, nada tiene sentido. En este mundo posmoderno se
confunde la defensa de relaciones diversas y libres, con la frialdad, la
ausencia de cariño y de cuidados, y la falta de afectos. Está de moda la
superficialidad, lo intrascendente, y las comunistas siempre hemos defendido ir
a la raíz de los asuntos, construir relaciones en igualdad. No convirtamos el
sexo y el amor en una transacción, un frío intercambio. Sentir, dure lo que
dure, es bonito, no nos mercantilicemos.
Espero
que no se me entienda en un sentido moralista, todas debemos ser libres para
construir las relaciones que queramos y no pretendo decir que unas sean mejores
que otras. Además nos queda muchísimo por avanzar para quitarnos de encima los
celos, la competitividad y tantas otras cuestiones que sin querer seguimos
reproduciendo. Pero no renunciemos a lo que queremos. Como decía Rafaela (por
cierto, votante comunista): ¡Venceremos
resistencias para amarnos cada vez más!
Priviet Tavarich!
ResponderEliminarSpasibo!