Ciao Rafaella,
Desde muy pequeño he escuchado a Raffaella Carrá tanto en la radio como en la televisión y siempre he tenido la sensación de una energÃa emocional recorriendo mi cuerpo. Desde que la música comenzaba a sonar, la alegrÃa, la emoción y las ganas de ser feliz me movÃan de pies a cabeza embriagándome hasta el éxtasis final.
Entonces, jadeante, con la cara brillante y la sonrisa en la cara miraba al resto de “bailarines y bailarinas” que tenÃa a mi alrededor con la misma expresión en la cara y comprendÃa lo fácil que resulta ser feliz.
Y es que felicidad es sinónimo de Raffaella, una felicidad a la que sigo recurriendo pasados los años cuando me invaden sentimientos menos positivos. Asà que, por eso, Raffaella, gracias por existir, has conseguido sencillamente que la vida sea infinitamente mejor.
Ayer, al enterarme que ya no está con nosotros me di cuenta que nunca me habÃa interesado por su vida privada y me dio algo en que pensar, para mà su música y sus espectaculares bailes eran suficientes para llenar mi curiosidad por ella, me llenaba tanto al verla que sinceramente ya no necesitaba más, es por ello, que valoro aún más su faceta profesional, era tan buena en lo suyo que simplemente no necesitaba saber nada más para saciar mi interés.
Y lo cierto es que tenÃa el amor por bandera, como aquel arco iris que ayudó a confeccionar en 2017 y que se colgó en el ayuntamiento de Madrid, como bien me ha hecho saber esta mañana Twitter en uno de los incontables mensajes de cariño que se están transmitiendo en esta red social.
En definitiva, Raffaella, artista, show-woman, presentadora y persona humana llena de amor y respeto hicieron de ti un lingote de oro que brilla y alojo en mi corazón, ese que escuchando tus canciones explota, explota, ¡me explo! Liebe, liebe, liebelei.
Ciao bellÃsima, cómo te voy a echar de menos.
Por:
Carlos Piedra Tutor.
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