Un Mundo Feliz

UN MUNDO FELIZ

ALDOUS HUXLEY 

2ª TERTULIA LITERARIA DE SOMOS AGUA 


Nuestra segunda tertulia literaria no pudo tener mejor fecha que el 23 de abril de este año, el día del libro, de nuevo en el bar El Refugio, en la Lonja de Moratalaz. 
Luis nos presentó esta vez, como inicio del acto, un gran vino blanco, La Mateo, de Bodegas Mateos, 100% de uva tempranillo blanco, de excelente sabor. 

Para iniciar la tertulia, Sergio realizó una introducción sobre las características, el nacimiento y la evolución del género de la distopía, propio de un siglo XX que, frente el optimismo del XIX, empieza a anticipar visiones más pesimistas del futuro. La tecnología ha posibilitado un desastre como la I Guerra Mundial y las tendencias del desarrollo industrial no son positivas en su totalidad, ya que pueden acarrear deshumanización, alienación, mecanismos de mayor control del individuo y una mayor capacidad de destrucción. El pesimismo del siglo XX alumbra el género distópico. 
Las sociedades distópicas aparecen en muchos subgéneros de ficción. Pero las más clásicas suelen darse dentro de la ciencia-ficción al desarrollarse en un futuro más desarrollado tecnológicamente. Pero suelen describir sociedades que son consecuencia de tendencias sociales actuales y con mucha relación con la época y el contexto sociopolítico en el que se conciben. 

“Nosotros”, de Yevgueni Zamiatin (1920), se considera la obra pionera del género, pero las tres clásicas, las que han traspasado las propias fronteras de su género y se pueden calificar como clásicos de la literatura, son las siguientes: “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley (1932), “1984” de George Orwell (1949) y “Fahrenheit 451”, de Ray Bradbury (1953). 

En los 80 tenemos un resurgir con el cyberpunk, subgénero de la ciencia ficción, conocido por reflejar visiones distópicas del futuro en las cuales se combinan la tecnología avanzada con un ambiente de bajos fondos y criminalidad en un contexto de dominio de las grandes corporaciones, pero donde prima la supervivencia antes que la oposición al sistema. Tras dar en esta década sus mejores productos literarios, su estética pervive en el cine, el comic manga y en videojuegos.

El género ha tenido un renacimiento en el siglo XXI, con historias que enlazan más con las distopías clásicas, para un público juvenil, con gran éxito, como “Los juegos del hambre”, de Suzanne Collins (2008), “El corredor del laberinto”, de James Dashner (2008) o “Divergente”, de Verónica Roth (2011), con inmediatas versiones cinematográficas. 

Volviendo al libro que nos ocupa el título original de “Un mundo feliz” es “Brave new world”, tomando de la obra de Shakespeare “La Tormenta” (O brave new world / that has such people isn’t), pero podemos considerar que la traducción es afortunada. 

La novela comienza en el año 632 después de Ford (2540 d.C. en el calendario gregoriano), describiendo un mundo donde los humanos se producen en serie según los requisitos laborales de la sociedad, desde los Alfa a los Epsilon. Se les condiciona desde el nacimiento mediante métodos pavlovianos y se les educa en el odio a la naturaleza y a los libros, rasgo este muy común en las 3 distopías clásicas, considerando que el vehículo principal para la transmisión del pensamiento crítico ha de ser perseguido. Se describe una economía consumista, que debe mantener un ritmo de producción constante, que requiere la afición a las distracciones y a deportes caros. La sexualidad está liberada de pecado y de obligación reproductora, siendo un ejercicio sin subordinación al afecto, la pasión y la fidelidad. Los individuos disfrutan de una inmunología sin enfermedades ni vejez estética y al final tendrán una muerte rápida, indolora e invisible. Una droga artificial, el soma, combate los pensamientos tristes, siendo inofensiva y promovida por el sistema. Un mundo perfecto pero cuestionable, donde todo ello ha comportado la supresión de la libertad y el libre albedrío. 

Tras la intervención de Sergio, Patrick hizo una introducción de la obra que nos ocupa, para dar paso al debate, preguntando a las personas asistentes qué cosas eliminaríamos de nuestra sociedad, cuestión tramposa que supondría saber qué parcela de libertad del ser humano suprimiríamos a cambio. Y a partir de ahí se desarrolló toda una rica tormenta de ideas y reflexiones acerca de la felicidad, la libertad, la sexualidad, el condicionamiento, el machismo, el consumismo y todas las ideas que apunta una novela de lectura sencilla pero de tan enorme riqueza conceptual como la que nos ocupaba.
Agradecemos la asistencia y participación en el evento, que nos anima a seguir haciendo más en un futuro.

Por:

Sergio Benítez Moriana.

Junta Directiva Asociación Cultural Somos Agua. 

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